jueves, 26 de agosto de 2010

Puntas de Flecha: "El Camino del Alma"


Las puntas de proyectil (puntas de flecha), que corresponden a las sociedades agroalfareras, pero que complementaban la dieta con caza y recolección en la zona de Mina Clavero, fueron básicamente de dos tipos:

a) Confeccionadas en hueso. Se realizaron pocos hallazgos debido a la difícil preservación.

b) Hechas en piedra. Fundamentalmente utilizaron el cuarzo y la calcedonia de color blanco o gris tarslúcida. Son las que muestra la imagen. A veces encontramos algunas muy pequeñitas que, creemos posible, fueron utilizadas por los niños para jugar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Huso de Doña Cleotilde y su nieta




La primer fotografía muestra un huso que perteneciera a Doña Cleotilde A. Cáceres, nacida en 1898 en el Departamento de San Alberto, Traslasierra y que viviera en Bajo de los Corrales. Tiene aún la última lanita hilada. El tortero es de piedra. Falleció en 1977.


En la segunda imagen su nieta, Bety Barrera, quien gentilmente y con entrañable orgullo nos dió la posibilidad de tomar estas fotografías.

sábado, 7 de agosto de 2010

El Hilado











Los primeros españoles que llegaron a las Sierras de Córdoba describieron que los aborígenes tenían "ovejas de la tierra" más pequeñas que las del Perú (llamas). Pero quizá no solo se hilaba el pelo de llama, sino además el algodón dorado que todavía se encuentra silvestre en el norte de la provincia, aunque sería probable que su presencia se deba a la antigua actividad en las encomiendas de indios y que su difusión se explique por la influencia hispánica. De cualquier modo, la antigua actividad del hilado, se evidencia arqueológicamente por la presencia de "torteros" o "muyunas", contrapesos del huso, herramienta utilizada aún hoy en día en la torsión y elaboración del hilo.

domingo, 23 de agosto de 2009

Silbato hallado en Mina Clavero


Lllamita con Manto de Carga


Esta llama de cerámica, nos muestra el manto de carga puesto y nos marca el vínculo, por lo menos en el Valle de Traslasierra, con el Noroeste argentino.

En el Cerro Colorado, al norte de la provincia de Córdoba, las recuas de llamas están presentes en el arte rupestre que nos muestran sus abrigos rocosos, unidas con sogas. Las caravanas recorrían grandes distancias intercambiando una gran cantidad de productos: sal, lana, cerámica, plumas, cueros, tejidos, nácar, cebil, etc. Hay que tener presente que los objetos no viajan solos, con ellos el hombre también difunde sus ideas y, al decir del Dr. Rex González, es muy probable que en ello tuvieran un gran valor los tejidos, por su rica iconografía y por ser livianos para transportar.

Lllamita




Pequeña llamita con la frente pintada con engobe rojo, el color de la sangre de los sacrificios.
Nos hace pensar en una ofrenda simbólica.
Su diminuto tamaño es enternecedor. Cuando uno cierra la mano sobre ella y cierra los ojos, puede remontarse al tiempo en donde el algarrobo no era solo dura madera, sino el árbol madre que da alimento y aloja fermentada de sus frutos maduros para los rituales…
Qawra Illa en aymara, significaría en castellano “amuleto de llama” y se usa para conseguir el incremento de los auquénidos.

Es muy interesante en este punto lo que relata el “Diccionario Folklórico Argentino” de Félix y Susana Coluccio:
“Illas: Amuletos que en la región noroeste de nuestro país utilizan para la conservación y procreación de las haciendas y rebaños.
Señala Quiroga que: Las illas son generalmente pequeños animalitos de piedra, barro o hueso, pudiendo el amuleto ser cualquier objeto, siempre que tenga algún origen misterioso. En el Perú, por ejemplo, sabemos por Gracilaso que eran apreciadísimos los granos de maíz en el templo de Titicaca como talismanes de reproducción, considerándose muy feliz el que conseguía un grano. Estas illas o amuletos de reproducción, tienen también relaciones con la fecundante Pachamama y el Llastay, numen de la llanura y quien sabe si muchos de los amuletos, en forma de llamas, vicuñas y liebres, algunas veces preñadas, no son tal vez representaciones, como lo sospecho, de la Pachamama en el momento de generar y reproducir. La verdad es que todos los dioses de la montaña tienen entre sí parentesco de consanguinidad, así como atributos solares. La creencia de que las illas hacen reproducir las haciendas y los rebaños está hasta hoy profundamente arraigada en Calchaquí, especialmente en los valles de Catamarca y Salta. De aquí es que a los coleccionistas nos cueste un triunfo obtener uno de esos amuletos; sólo las gentes que creen que ya han perdido su virtud, porque el ganado va en menos, se ha muerto, se ha extraviado o lo han robado, o las que han abandonado este negocio para emprender otro, suelen regalarlos. Deshacerse de una illa es deshacerse de la mascota o la suerte; y de allí que cada cual oculte bajo siete llaves la suya propia, negando poseerla, y cambiando disimuladamente de conversación cuando le piden datos de tan preciado talismán, significando a veces la felicidad del hogar campestre."

miércoles, 5 de agosto de 2009

La identidad cordobesa en la actualidad

Los descendientes de aborígenes han sido despojados doblemente de su identidad, perdieron su cultura ancestral y son parte marginal de la cultura actual. Esta carencia de contenidos simbólicos hace al individuo de los sectores mas desprotegidos del sistema, permeable al bombardeo propagandístico despersonalizante, ese que engloba una gran diversidad de contenidos en lo que actualmente se denomina Corriente de la Nueva Era (New Age).
Lo Comechingón abarca de esta manera una gran diversidad de contenidos míticos, provenientes en general de contextos urbanos, que se componen de una reelaboración de conceptos extraídos de los mas diversos sectores del pensamiento. ¿Es posible reconstruir una identidad con estos elementos? Analicemos lingüísticamente la palabra reconstruir, su significado sería volver a construir, ¿pero reordenar a partir de cuales elementos?
Los elementos míticos y lingüísticos que componen el bagaje cultural original se perdieron para siempre, lo que ocurre en la actualidad no se parece de ningún modo a lo que acontecía en las sierras hace 600 años. Cualquier creencia religiosa merece respeto, pero el ritual que vemos hoy, no es el que practicaron nuestros antepasados porque los elementos que lo constituyen son otros muy distintos, se trata de una reelaboración de acuerdo a premisas actuales.
No digo que lo que ocurre está mal, todos tenemos derecho a construir nuestra identidad del modo que creemos mas conveniente, pero ni siquiera estamos seguros del origen de la palabra Comechingón.
Por otra parte la desaparición de la o las culturas originales de las Sierras de Córdoba se debe probablemente a la combinación de varios factores: las guerras mantenidas contra el español a la llegada de este, el maltrato en las encomiendas, la persecución cultural y el mestizaje con blancos y negros.
Sin ninguna duda se pueden resignificar los contenidos perdidos y construir una identidad nueva que ponga en valor el hecho de ser nativo americano, pero algunas veces estos procesos se parecen mas a una nueva secta, alienada de los valores actuales de toda nuestra cultura, que a un proceso cultural genuino, comprometido con el hombre en su paisaje. Podríamos agregar a esta confusión, un eterno problema: la palabra aborigen, o su connotación, como objeto de poder de diversos sectores políticos o “científicos”. Esto me recuerda al desmembramiento de Tupac Amaru o a los nativos mexicanos que dicen que, los políticos los estudian, los antropólogos los filman y ellos no tienen nada.
La vasija original se fragmentó en mil pedazos y hay partes que nunca volveremos a encontrar; podemos restaurarla, amarla, y hasta armar las partes que faltan con materiales nuevos, pero no podemos colocar trozos falsos diciendo que son auténticos porque la mentira es jaula de la libertad.
Cuando yo me identifico automáticamente hay una exclusión del "otro", del "diferente".